El Departamento de Estado de EEUU considera el discurso del presidente de Siria, Bashar Asad, como un intento de aferrarse al poder.
Victoria Nuland, la representante del Departamento de Estado, subrayó que la administración de Asad ha perdido su legitimidad y debe dimitir.
El 6 de diciembre el presidente sirio, en su discurso a la nación, prometió llevar a cabo reformas políticas y acusó a los insurrectos de ser “enemigos de Alá y marionetas de Occidente”.
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