La 61 reunión anual del hermético Club Bilderberg concluyó ayer en Hertfordshire (sureste del Reino Unido) rodeada del secretismo con que comenzó hace cuatro días y sin que se haya divulgado información alguna sobre su desarrollo.
Desde el jueves 140 figuras europeas y estadounidenses del mundo del la política, las finanzas, la comunicación y el ámbito académico se dieron cita en un lujoso hotel a unos 45 kilómetros al norte de Londres para debatir asuntos políticos y económicos de actualidad.
En plena campiña inglesa se reunieron esas personalidades, que algunos consideran el gobierno en la sombra del mundo, mientras en las cercanías activistas protestaban con pancartas en las que se leían mensajes como "Esperamos la transcripción de vuestras reuniones furtivas".
Para el club, el secretismo que rodea sus encuentros propicia que los participantes "no estén sujetos" a las "convenciones de sus cargos" o condicionados por "posiciones ya acordadas", lo que "ofrece la oportunidad de escuchar, reflexionar y recibir ideas", según su página web.
Pero, para sus críticos, como el diputado laborista Michael Meacher, apuntalan la manera en que el capitalismo busca perpetuarse a través de pactos secretos durante los próximos años.
"Son los líderes de los grandes bancos, las grandes multinacionales, gente de instituciones como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, comisarios de la Unión Europea y políticos de EEUU, Canadá o el Reino Unido. Se reúnen para decidir sus planes sobre el futuro del capitalismo", afirmó Meacher.
El club Bilderberg celebra anualmente una conferencia privada a la que acuden entre 120 y 150 personalidades invitadas, que varían según las cuestiones que vayan a tratarse y que se fijan para cada reunión.
Este año, fueron invitados el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, así como la directora del FMI, Christine Lagarde, los ministros de Economía británico y español, George Osborne y Luis de Guindos, respectivamente, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
También acudieron la princesa Beatriz, hasta hace poco reina de Holanda y cuyo padre, el príncipe Bernardo, fue el creador de este foro, y David Cameron en su calidad de primer ministro del país anfitrión, si bien Downing Street se apresuró a precisar que el líder conservador sigue apoyando la transparencia en el Gobierno.
El Club Bilderberg, que se desarrolla siempre a puerta cerrada y en el que no se adoptan resoluciones ni se divulgan conclusiones, tuvo su primera reunión en mayo de 1954 en el hotel Bilderberg (de ahí su nombre), cerca de Arnhem, en Holanda.
Sólo son miembros fijos aquellos que pertenecen a su comisión ejecutiva, aunque hay asistentes que repiten, como el veterano político estadounidense Henry Kissinger o el consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián.
El Bilderberg se reúne cada vez en un país distinto. Por regla general en una nación europea y, una vez cada cuatro años, en Estados Unidos o Canadá.
Fuente: eleconomista.
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