Según los datos obtenidos por el profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, el objeto impactó contra la atmósfera terrestre sobre la vertical de la localidad de Villamuelas, en la provincia de Toledo.
“Este choque fue tan brusco que el objeto se volvió incandescente, produciendo una bola de fuego (o bólido) a unos 100 km de altura”, explica Madiedo, quien señala que el objeto continuó penetrando en la atmósfera mientras avanzaba hacia la Comunidad de Madrid a más de 75.000 kilómetros por hora, desintegrándose completamente a unos 70 km de altura sobre la vertical de Serranillos del Valle (Madrid).
Con todo, Madiedo descarta que haya meteoritos que hayan podido llegar al suelo. La bola de fuego fue tan brillante que se pudo ver desde Huelva, Sevilla, Granada y Murcia.
“Mientras miraba hacia lo más alto apareció un destello que en cuestión de segundos comenzó a aumentar, y no pude ahogar un grito: ‘¡Mirad!’ En ese momento, todo el grupo se giró para verlo mientras seguía aumentando la intensidad de manera descomunal. Como si de una explosión se tratara todo a nuestro alrededor se volvió por unos segundos blanco, como si fuera a plena luz de día”, explica la astrónoma Leonor Ana Hernández, que en ese preciso momento se encontraba obteniendo fotos del cielo nocturno desde el Complejo Astronómico de la Hita (Toledo).
“Después lo acompañaron varios chispazos de color verde y azul, hasta que la enorme traza en el cielo se apagó en un último destello. Gritábamos sin control, y nos quedamos fijos en la persistente estela que había dejado como esperando que volviera a aparecer. No podría creer lo que acabábamos de ver”, añade.
Fuente : El huffington post
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