El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha dirigido la redacción de un nuevo Código Ético para los agentes del cuerpo que debe inspirar su trabajo y su relación con los ciudadanos. Las normas, que tendrán carácter voluntario, serán presentadas mañana a los sindicatos en el Consejo de Policía, el foro en el que están sentados los principales representantes de esta institución, y buscan mejorar el servicio de los agentes.
El documento, que cuenta con el aval del Ministerio del Interior, es una enumeración de prácticas recomendables que en realidad se dan por supuestas. Así, aconseja a los agentes actuar con independencia “conforme a criterios profesionales y no de mera oportunidad política", “ejecutar las órdenes dadas por sus superiores" y “actuar con empatía, imparcialidad, autocontrol y elegancia, utilizando un lenguaje verbal y no verbal correcto, comprensible y respetuoso en todas las actuaciones”, según Europa Press.
El código también aclara que "ninguna orden cuyo contenido constituya una infracción penal deberá ser cumplida" por los agentes, precisando que no sufrirán represalias por el desacato de instrucciones ilegales. Además, señala que, de producirse este tipo de irregularidades, "los policías deben ser apoyados por sus superiores y sus compañeros cuando den cuenta de cualquier acto de corrupción o violación de los principios éticos profesionales”. Y puntualiza que “incurrirán en este tipo de actos tanto los que los realicen como los que los toleren, o los que conociéndolos no actúen para impedirlos o no los denuncien".
Un borrador abierto a aportaciones
Según han adelantado fuentes de la dirección general de Policía, se trata únicamente de un borrador que está abierto a las aportaciones que puedan hacer los sindicatos u otros actores implicados. “Su objetivo es contribuir a la mejora del servicio a los ciudadanos”, apuntan las mismas fuentes, que también aclaran que será un documento voluntario, al no que no será necesario adscribirse. “Sólo se pedirá a los agentes que lo conozcan y que lo tengan en cuenta. Para el futuro”, adelantan, “lo que se pretende es que se utilice en la formación de los nuevos agentes como una recopilación de principios inspiradores que deben dirigir la actuación de todo policía”.
El texto defiende también la autonomía de los agentes para iniciar investigaciones "por propia iniciativa policial ante la existencia de sospechas razonables de que una infracción se ha cometido, se va a cometer, o en prevención de la misma, actuando siempre según lo previsto por la ley”, y no sólo por mandato judicial o tras una denuncia de los ciudadanos. La afirmación entra de lleno en la polémica surgida por las denuncias de varios imputados por corrupción, que han acusado a la Policía de iniciar investigaciones sin el necesario amparo judicial. El código aclara que los agentes tienen la potestad de iniciar las pesquisas que consideren oportunas si advierten la posible concurrencia de un delito.
Los sindicatos cuestionan el documento
El documento elaborado por Cosidó también establece que "los policías se abstendrán de cualquier ingesta de alcohol u otro tipo de sustancias estupefacientes, farmacéuticas o psicotrópicas que alteren el control de su personalidad o impliquen una reacción inapropiada para el desarrollo del servicio", recomendaciones que también se dan por sentadas. Incluso fija el rechazo a la tortura, entendida "como cualquier acto violento, físico o psíquico, realizado contra una persona que se encuentre bajo custodia policial con la finalidad de obtener una información", a pesar de que la tortura ya está recogida por la legislación que los propios agentes deben hacer cumplir.
Aunque el código no será presentado y discutido oficialmente hasta mañana, las principales asociaciones profesionales de la policía ya han expresado su rechazo. El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) ha considerado que se trata de una “perogrullada” con la que el Ministerio del Interior y la Dirección General de Policía quieren ofrecer la sensación de que se están tomando medidas y tapar los problemas que sufre el cuerpo. Por su parte, la Confederación Española de Policía (CEP) ha considerado que las recomendaciones tienen sentido pero creen que no llegan en un buen momento y que deberían ser extensibles también a los efectivos de la Guardia Civil.
Fuente: elconfidencial
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