viernes, 10 de mayo de 2013
NIVELES DE CO2 EN LA ATMÓSFERA SUPERAN MARCA SIMBÓLICA
El ritmo actual de emisiones de CO2 ha generado un gran nivel de concentración en la atmósfera que no se esperaba alcanzar tan pronto y que repercutiría, entre otros aspectos, en un mayor incremento de la temperatura de la Tierra, en el descongelamiento de los polos, y más. Tal acumulación de gases estaría a punto de rebasar el “techo simbólico” de 400 ppm (partes por millón), que marca un límite de densidad de CO2 más allá del cual los efectos se tornarán perjudiciales para el planeta.
Durante el inicio de una nueva ronda de conversaciones sobre las acciones y medidas necesarias para mitigar los efectos del cambio climático iniciada en Bonn el 29 de abril, Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), ha expresado su “máxima inquietud” frente a tales evidencias y ha conminado a los gobiernos a tomar medidas concretas frente a esta alerta climática general.
Según información emitida desde varios observatorios en el Ártico, la semana pasada se ha registrado hasta seis mediciones que superan las 400 ppm. Estas cifras deben corroborarse con las emitidas por el observatorio de Mauna Loa, ubicada en Hawai a 3.400 metros de altura, donde hasta la semana pasada registraban 399,72 ppm. Si el ritmo actual de aumento de emisiones de CO2 se mantiene, el “techo” de 400 ppm podría superarse a mediados de mayo, mucho antes de lo esperado.
La industrialización mundial es el factor que más ha propiciado este problema. Según las cifras difundidas por la Scripps Institution de Oceanografía, antes de la revolución industrial la emisión de CO2 era de 275 ppm, y después la curva de aumento se tornó más empinada, con 315 ppm en 1960, 350 ppm en 1990 y casi 400 ppm este año. Para el geólogo Ralph Keeling, de la Scripps Institution, “Ojalá no fuera verdad, pero todo parece indicar que vamos a alcanzar los 400 ppm sin perder el pulso y que vamos a llegar a los 450 en pocas décadas”.
La propuesta de solución más eficaz consiste en impulsar la transición al empleo de energías limpias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, las grandes empresas de energía siguen apostando por el combustible fósil, sobre todo por la obtenciónde gas natural a través del sistema de Fracking o fractura hídrica, o por las perforaciones petrolíferas a grandes profundidades en los océanos.
A nivel político tampoco parece haber avances. La posibilidad de un acuerdo multirateral para el 2015 con el fin de establecer límites para la emisión de gases parece cada vez menos probable. Frente a esta situación de parálisis política, el científico de la NASA James Hansen, quien desde hace 20 años viene impulsando la propuesta de estabilizar y limitar las emisiones, advierte: “Si la humanidad desea preservar un planeta similar a aquel en el que las civilizaciones se desarrollaron y al que la vida en la Tierra está adaptada, debemos de reducir las emisiones hasta un máximo de 350 ppm”.
Fuente: elmundo.es
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